sábado, 30 de julio de 2016

Nosotros y las respuestas de Dios



En el Via Crucis con los jóvenes ha dicho Francisco que las palabras de Jesús en la parábola del Juicio final (“Tuve hambre y me disteis de comer…”: Mt 25, 35-36) tienen que ver con muchas preguntas, que con frecuencia resuenan en nuestra mente y en nuestro corazón, para las que no hay respuesta humana (Via Crucis con los jóvenesParque Blonia, Cracovia, 29-VII-2016).

El rostro joven de la misericordia

En el parque Blonia de Cracovia Francisco se ha encontrado con el rostro joven de la misericordia (cf. Discurso de acogida a los jóvenes, 28-VII-2016). El lema de esta Jornada Mundial de la Juventud, “Bienaventurados los misericordiosos, porque encontrarán misericordia” (Mt, 5, 7), lo ha traducido así: “Bienaventurados son los que saben perdonar, que saben tener un corazón compasivo, que saben dar lo mejor a los demás; lo mejor, no lo que les sobra: ¡lo mejor!”.

lunes, 18 de julio de 2016

El sentido de la Eucaristía y de los sacramentos

J. Van Wassenhove (s. XVI), Jesús da la comunión a los apóstoles
Galería Nacional de las Marcas, Urbino (Italia)

Imagen que, en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 
introduce la segunda parte: "La celebración del Misterio cristiano"


¿Por qué ir a misa? ¿No está Dios en todas partes? ¿Qué sentido tienen la misa y los sacramentos? En uno de sus textos escrito en vísperas del Concilio Vaticano II, y que ahora se publica revisado, Joseph Ratzinger profundiza y esclarece estas y otras cuestiones de modo instructivo (cf. Obras completas, VII/1, Sobre la enseñanza del Concilio Vaticano II, pp. 3-13).

domingo, 17 de julio de 2016

Esperanza para mí y para los otros

En nuestra vida siempre hay incertidumbres. No solamente en el ámbito social y político, nacional e internacional; también en lo personal: ¿adónde vamos? ¿Qué hay más allá? ¿Qué podemos esperar? ¿En qué consiste propiamente la vida eterna y qué tiene que ver con nuestra vida normal, de todos los días?

Ante estas y otras preguntas parecidas, siempre puede ser un buen momento para releer la encíclica del ahora Papa emérito, Benedicto XVI, Spe salvi, de 2007, sobre la esperanza cristiana.

Ante la pregunta ¿qué podemos esperar? Joseph Ratzinger se plantea básicamente dos cuestiones: una autocrítica de la edad moderna y un nuevo aprendizaje del sentido cristiano de la esperanza.