jueves, 24 de marzo de 2016

Dios que sufre

S. Boticelli, Trinidad, 1465-1467

Ante la brutal violencia terrorista, habrá quien se pregunte dónde está Dios. Y los cristianos decimos: aquí, Dios está aquí, sufriendo con nosotros y con todos los que sufren, ahora y hasta el fin del mundo. No otra cosa revivimos en la Semana Santa. En una entrevista al papa emérito Benedicto XVI, publicada en un libro reciente y recogida en el “Osservatore Romano” (*), sale a relucir el sentido del sufrimiento en Dios.

El hombre moderno parece no tener necesidad de justificarse ante Dios, e incluso a veces se atreve a pedir a Dios que se justifique ante los males del mundo. El hombre ha perdido la sensibilidad de los propios pecados, se cree justo, y no siente necesidad de ninguna salvación. O por lo menos tiene la sensación de que Dios no puede dejar que se pierda la mayor parte de la humanidad.

viernes, 11 de marzo de 2016

Educación como misericordia

Metidos en la revolución de la misericordia. Así estamos los cristianos. A eso estamos convocados desde hace veinte siglos. Ahora de manera renovada. Para esto no hace falta dedicarse a la educación, aunque ciertamente la educación, sobre todo en clave cristiana, es un anuncio y una obra de misericordia.

Todo esto es aún más claro si hablamos de educación de la fe, una de las tareas más fascinantes que pueda imaginarse, sea en la modalidad de la enseñanza escolar de la religión o en la modalidad de catequesis dirigida a todas las edades, incluyendo la que los padres y madres cristianos han de procurar para sus hijos.