miércoles, 25 de noviembre de 2015

Puerta de la Misericordia

La puerta cierra un ámbito, es un límite; pero también permite el paso si está abierta. En su audiencia general del 18 de noviembre, Francisco ha explicado el significado de “la puerta de la Misericordia de Dios”. Esto se refiere a la Puerta Santa de la basílica de San Pedro en el Vaticano, que se abrirá durante el Año Jubilar, para invitarnos a la conversión personal y también a la acogida y al perdón hacia los demás.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Justicia y solidaridad, caridad y misericordia

C. Schut (1597-1655), Las obras de misericordia


La proximidad de un Año de la misericordia es una buena ocasión para reflexionar sobre algunas virtudes morales y el modo en que las enfoca el cristianismo.

Prudencia y discernimiento


                                 La prudencia, Piero del Pollaiolo (1470), Galleria degli Uffici, Florencia
                   Sostiene en una mano un espejo (cf. Sb 7, 26) y en la otra una serpiente (cf. Mt 10, 16)


Dice Robert Spaemann que para obrar bien es preciso hacer justicia a la realidad. Esto requiere de la prudencia (o sabiduría práctica), la más importante de las virtudes morales. En la vida personal cotidiana, en la vida eclesial (lo hemos visto en el Sínodo de la familia) o en la vida social (por ejemplo en la perspectiva de unas elecciones) es necesaria la prudencia, que no es mera cautela o moderación, sino “sensatez o buen juicio”. Consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo en una determinada situación, para saber cómo hay que actuar y decidirse a ello.

Veamos la estructura y las dimensiones de la prudencia, las formas de la imprudencia y cómo es la prudencia en clave cristiana.