jueves, 1 de octubre de 2015

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Jugársela por la familia

El motivo principal del viaje de Francisco a los Estados Unidos ha sido el Encuentro Mundial de las familias. ¿Cuáles han sido sus propuestas?

“Querer formar una familia –proclama Francisco– es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, (…) es animarse a jugarse con Él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo, que nadie sienta que sobra o que no tiene un lugar”. Tres puntos cabe destacar como propuestas del Papa.


Querer formar una familia

Dios no quiso venir al mundo de otra forma que no sea por medio de una familia. (…) Y este ha sido desde el comienzo su sueño, su búsqueda, su lucha incansable por decirnos: «Yo soy el Dios con ustedes, el Dios para ustedes»” (Discurso en la fiesta de las familias y vigilia de oración, Filadelfia, 26-IX-2015).

“Querer formar una familia –proclama Francisco– es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, (…) es animarse a jugarse con Él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo, que nadie sienta que sobra o que no tiene un lugar”. Tres puntos cabe destacar como propuestas del Papa.


La sociedad debe apoyar a la familia

Esto no es una historia rosa. “Jugársela por amor, no es algo de por sí fácil. Al igual que para el Maestro, hay momentos que este ‘jugársela’ pasa por situaciones de cruz. Momentos donde parece que todo se vuelve cuesta arriba”.

De ahí una primera propuesta, dirigida a la sociedad que somos todos nosotros: “El sueño de Dios sigue irrevocable, sigue intacto y nos invita a nosotros a trabajar, a comprometernos en una sociedad pro familia. Una sociedad, donde ‘el pan, fruto de la tierra y el trabajo de los hombres’ (Misal Romano), siga siendo ofrecido en todo techo alimentando la esperanza de sus hijos”.


Mostrar a la familia como escuela y camino de amor

Los padres han de mostrar a la familia como escuela y camino de amor. En segundo lugar, Francisco tiene delante el problema fundamental: la inseguridad de los jóvenes, su miedo a comprometerse para formar una familia.

Por ello es coherente y cristiano que los padres puedan presentar sus propias vidas y esfuerzos como “argumentos” para animar a sus hijos a formar una familia; porque las dificultades son escuela, vida, oportunidades para crecer y compartir el amor:

“Este es un gran legado que le podemos dejar a nuestros hijos, una muy buena enseñanza: nos equivocamos, sí; tenemos problemas, sí; pero sabemos que eso no es lo definitivo. Sabemos que los errores, los problemas, los conflictos son una oportunidad para acercarnos a los demás, a Dios”.


Presentar ante todo lo positivo, la belleza del proyecto familiar

Los pastores y educadores han de presentar positivamente el proyecto cristiano de la familia, y ayudarla en las dificultades. “La familia no es para la Iglesia principalmente una fuente de preocupación, sino la confirmación de la bendición de Dios a la obra maestra de la creación”. (Discurso a los obispos invitados al Encuentro Mundial de las familias, Filadelfia, 27-IX-2015). En otros términos, “el aprecio y la gratitud han de prevalecer sobre el lamento, a pesar de todos los obstáculos que tenemos que enfrentar”.

No cabe, pues, quedarse en pesimismos. Ni tampoco refugiarse en la teoría. Debemos mostrar –en la práctica– que “son las familias las que transforman el mundo y la historia”. Pero “¿sabemos –pregunta Francisco– estar con ellas, compartir sus dificultades y sus alegrías?”

Es como si dijera: si queremos animar a los jóvenes a “jugársela” por la familia y por los demás, vayamos por delante con los hechos, confiados en que todos podemos mejorar, para participar en esa aventura fascinante de la familia, un sueño de Dios.


(publicado en www.cope.es, 30-IX-2015)

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