miércoles, 29 de enero de 2014

Diálogo y testimonio en el mundo digital

"No basta pasar por las 'calles' digitales". Es necesario que veamos y vivamos la red digital "no como una red de cables sino sobre todo de personas humanas"

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (24-I-2014), el Papa Francisco propone que la comunicación esté al servicio de una auténtica cultura del encuentro

      De esta manera podremos crecer en humanidad a través del mundo digital, por medio del encuentro y el testimonio personal, y en la medida de que, también en este ámbito, "abramos las puertas" a Dios y a los demás.

miércoles, 22 de enero de 2014

Cristo no está dividido

Abrazo entre el Papa Pablo VI y Atenágoras, 
Patriarca de Constantinopla, el 5 de enero de 1964

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en 2014 lleva por lema: “¿Es que Cristo está dividido?” (1 Co 1, 1-17). Es la pregunta que les hace San Pablo a los Corintios, nada más comenzar su primera carta, después de agradecer la llamada a la fe y a la vida cristiana que han recibido. Informado de que había divisiones entre ellos, les exhorta a vivir en unidad: “Desterrad cuanto signifique división y recuperad la armonía pensando y sintiendo lo mismo”.

            Los materiales para el estudio, la oración y la celebración han sido elaborados por un grupo de cristianos de Canadá. Un país donde impera la diversidad de lengua, cultura y clima (es de los países más extensos y diversos del mundo); y todo ello se refleja en las variadas expresiones de la fe cristiana, a menudo determinadas por los sustratos multiculturales que les dan cauce. También esto, que podría ser camino de enriquecimiento mutuo, se ha convertido, como en otros lugares, en motivo para escandalosas divisiones entre los cristianos.      

jueves, 16 de enero de 2014

Sobre la eminente dignidad de los pobres

P. Giovane, San Lorenzo atendiendo a los pobres (1581-1582)
San Giacomo dall'Orio, Venecia

Una de las propuestas principales del Papa Francisco en Evangelii gaudium es “la inclusión social de los pobres”. Se sitúa en el capítulo cuarto, titulado La dimensión social de la evangelización. Cabe recordar a este respecto el célebre libro de Henri De Lubac citado por Benedicto XVI en su encíclica sobre la esperanza cristiana, “Catolicismo: aspectos sociales del dogma” (Paris 1938).

            Tres puntos, como vértices de un triángulo, determinan, en la Evangelii gaudium, el marco introductorio de esta propuesta: la inseparable conexión entre confesión de la fe y compromiso social; las consecuencias sociales del Evangelio; el hecho de que la auténtica fe –que nunca es cómoda ni individualista– lleva a procurar ayudar a los demás y mejorar el mundo.

Son aspectos importantes de la fe cristiana que han puesto de relieve los últimos Papas. Benedicto XVI trató  a fondo esta esencial relación entre la fe cristiana y el compromiso social, especialmente con los más necesitados, sobre todo en sus enseñanzas sobre las virtudes teologales, y también cuando se refería a la naturaleza y la misión de la Iglesia, a la Eucaristía y a la autenticidad de la oración cristiana.  


miércoles, 15 de enero de 2014

Evangelización y educación en la fe

G. B. Tiepolo, Los tres ángeles apareciéndose a Abraham (1726-29)
Palacio Patriarcal, Undine (Italia) 

Dice la exhortación Evangelii gaudium que el hecho de vivir en una sociedad de información que nos satura indiscriminadamente de datos nos vuelve superficiales y dificulta las valoraciones morales. “Por consiguiente, se vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores” (n. 64).

     Junto con esta base antropológica y ética, la educación cristiana debe ser una educación que anuncia a Jesucristo, que introduce en la liturgia y cuida la belleza, que plantea la moral desde la luz y el bien, y que, centrada en la Palabra de Dios, acompaña personalmente a la maduración personal y de fe.


lunes, 13 de enero de 2014

Responsabilidad evangelizadora de todos los cristianos

D. Ghirlandaio, Llamada de los apóstoles (1481), detalle
Capilla Sixtina (Vaticano)

La prioridad absoluta en la evangelización es anunciar a Cristo. Y quien tiene esta responsabilidad es “la Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que evangeliza”: cada uno de los cristianos personalmente y la Iglesia en su conjunto. Lo desarrolla el Papa Francisco en el capítulo tercero de Evangelii gaudium, antes de hablar de dos importantes cauces para la evangelización: la predicación y la educación en la fe.

viernes, 10 de enero de 2014

Compromiso con Dios y con los demás

En una entrevista al periodista Andrea Tornielli, le preguntan si cree que el objetivo de la Evangelii gaudium es el de "encender la Iglesia", y si piensa que el Papa Francisco conseguirá alcanzar este objetivo.

     El prestigioso vaticanista responde afirmativamente, si se cumple una condición: “Solo en la medida en la que cada pastor, cada sacerdote, religioso o religiosa, cada creyente se deje cuestionar por el testimonio y la palabra del Papa, evitando la actitud –lamentablemente difundida– de quien se siente sencillamente confirmado en lo que ya está haciendo y en quien, por una parte o por otra, tiene el problema de encasillar al Papa en sus propios esquemas” (Zenit, 7-I-2014).

            Cabe tomar estas palabras como invitación a la lectura del entero documento papal; y concretamente ahora, de lo que Francisco llama, en el capítulo segundo, “tentaciones” de los evangelizadores (ver los nn. 76-101 de Evangelii gaudium). En esos párrafos –situados en el capítulo segundo que se titula “En la crisis del compromiso comunitario”–, Francisco vuelve sobre cuestiones afrontadas en Río de Janeiro, durante sus discursos a los obispos brasileños y al Comité coordinador del CELAM, respectivamente el 27 y 28 de julio del pasado año.

Desafíos en la evangelización

Evangeliario de Enrique II (h. 1010), 
Bayerische Staatsbibliothek, Munich

Terminadas las fiestas navideñas, volvemos a nuestras tareas habituales, situados en medio de la “cuesta de enero”, que es lo que toca ahora. Y en esa cuesta (arriba, se entiende), los cristianos hemos de comunicar el mensaje del Evangelio en nuestra sociedad, precisamente para que vengan tiempos mejores. ¿Qué aspectos de esta sociedad actual son compatibles con el mensaje cristiano y cuáles no lo son? ¿Qué desafíos se deducen de una mirada a nuestra realidad cultural, especialmente en las ciudades? ¿Qué podemos aportar, también en los ámbitos eclesiales?

     Después de explicar que la renovación de la Iglesia debe ser una transformación misionera, el Papa Francisco dedica el capítulo segundo de Evangelii gaudium a analizar la situación contemporánea. Y lo hace poniendo en práctica el discernimiento o el estudio de los “signos de los tiempos”; es decir, una mirada desde la fe –cabría decir, con los ojos de Cristo, en su perspectiva– a la realidad, para emitir un juicio que permita orientar la acción evangelizadora.

lunes, 6 de enero de 2014

Nuevo año y renovación de los evangelizadores


Estamos comenzando un nuevo año teniendo en cuenta la invitación del Papa Francisco a una transformación de los cristianos y de la Iglesia misma. ¿En qué consiste esta renovación o transformación? ¿Qué nuevas actitudes pide de nosotros, especialmente de los educadores y formadores? ¿Cuáles son las luces que, con estas actitudes, podemos encender en nuestro mundo?

     Hoy se nos pide una transformación misionera. Así lo propone el Papa Francisco en el capítulo primero de la exhortación Evangelii gaudium: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (n. 20).

     Esto pide conversión y renovación evangelizadora, creatividad y concentración en lo esencial, y mantener las “puertas abiertas” hacia los demás.

Una estrella de esperanza


(La vida cristiana como Epifanía)
  

Gentile da Fabriano, Adoración de los Magos (1424), 
Florencia, Galleria degli Uffici

En uno de sus libros evoca el cardenal Ravasi lo sucedido en el año 614, cuando el rey persa Cosroes cercó la basílica de Belén, que encierra en su cripta la gruta del Nacimiento, construida por Elena, madre de Constantino en el 330. Al ver en el frontal una representación de los Reyes Magos caracterizados como persas, desistió de su empeño. Y así los Magos salvaron la gruta.

     Predicaba Benedicto XVI, en la Epifanía de 2012, que los Magos, por su corazón inquieto, vigilante y valiente fueron capaces no sólo de seguir la estrella sino de iluminar, con su actitud, el camino de los hombres hacia Cristo.

     En la misma línea, el Papa Francisco, en su homilía de Epifanía de este año ha dicho que el ejemplo de los Magos "nos ayuda a levantar la mirada hacia la estrella y a seguir los grandes deseos de nuestro corazón. Nos enseñan a no contentarnos con una vida mediocre, de 'pequeño cabotaje', sino a dejarnos atraer siempre por lo que es bueno, verdadero, bello… por Dios, ¡que todo esto lo es de modo cada vez más grande!" (Homilía 6-I-2013). Para ello, y de acuerdo con la tradición cristiana, nos ha aconsejado contemplar "dos libros": el del Evangelio (escucharlo, leerlo y meditarlo) y el de la creación (el mundo creado por Dios y los acontecimientos de nuestra vida). 

     En otras ocasiones, reflexionando sobre las actitudes de los Magos, el Papa Ratzinger ponía de relieve la conexión entre la humildad, la adoración y la sabiduría.

miércoles, 1 de enero de 2014

La fraternidad, condición de la paz

Ave Regina Pacis, Basílica de Santa María la Mayor, Roma


El principio del nuevo año, especialmente para los cristianos, viene marcado por una llamada a la paz. Evoca san León Magno que la paz es lo primero que los ángeles pregonaron en el nacimiento del Señor. “La paz es la que engendra los hijos de Dios, alimenta el amor y origina la unidad, es el descanso de los bienaventurados y la mansión de la eternidad. El fin propio de la paz y su fruto específico consiste en que se unan a Dios los que el mismo Señor separa del mundo”. Y por eso “El nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz” (Sermón 6 en la Natividad del Señor, 2-3. 5: PL 54, 213-216).

            En su primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, sostiene el Papa Francisco que la fraternidad es “fundamento y camino para la paz”. Una fraternidad que normalmente se comienza a aprender y a vivir en la familia. La familia es fuente de toda fraternidad.